EL BARCELONA SE PIERDE EN LA CHAMPIONS

Al Barça no le sirvió de nada el impulso de la Liga para evitar la derrota en su estreno en la Champions. El equipo azulgrana de Mónaco nada tuvo que ver con el de Girona. Los barcelonistas pasaron de la exuberancia a la penuria, irreconocibles en el Estadio Luis II, después de quedarse sin Eric García, expulsado a los diez minutos, y echar en falta a Dani Olmo. Un solo cambio explicó la metamorfosis barcelonista en su regreso a una competición que le tortura desde Berlín 2015. No supo estar el Barça con 11 ni jugar con 10 y tampoco se corrigió Flick. El entrenador fue un simple espectador de la caída del Barça ante un descamisado Mónaco. El equipo de Hütter no cesó de atacar hasta cantar victoria tras un golazo de Lamine Yamal.

La ausencia de Dani Olmo, la pieza maestra del equipo desde su explosivo debut en Vallecas, desarticuló al Barça. Flick eligió como sustituto a un central-volante como Eric García y no al delantero Ferran, el futbolista titular mientras el club no pudo inscribir al centrocampista internacional de Terrasa. El Barça con Olmo había sido más lucido y fluido que con Ferran. La apuesta por Eric, que formó en la medular con Casadó por detrás del liberado Pedri, pareció más una muestra de respeto hacia el adversario que una desconsideración respecto al atacante de Foyos. No hubo tiempo para calibrar la función de Eric porque fue expulsado por enganchar a Minamino. Ter Stegen fue tan temerario en su pase como timorato se comportó el central en devolver el balón al irregular portero para suerte del Mónaco.

Jugaban los azulgrana con demasiadas precauciones, muy inseguros, como si todavía estuvieran aturdidos por aquel sorprendente 0-3 que encajaron del Gamper. El Mónaco es un buen equipo y cuenta además con un entrenador muy interesante como el austríaco Hütter. Tiene mucha calidad física, jugadores fuertes y rápidos, y su solidez y equilibrio están contrastados por el doble pivote formado por Zakaria-Camara y por los números: solo había concedido un gol en sus cuatro partidos de liga y está a dos puntos del PSG. El partido era solo suyo y las llegadas se sucedían en el área del Barça. Marcó Akliouche después de una larga conducción con la zurda que acabó con un tiro junto al poste izquierdo de Ter Stegen y si no cayó el segundo después fue por muy poco porque el Barcelona no defendía ni atacaba, perdido en el frío estadio Luis II.

El equipo de Flick no se enganchaba al campo ni sabía leer el partido, impreciso y repetitivo en las pérdidas de balón, expuesto en cada aceleración del Mónaco. No se juntaban los futbolistas y no funcionaban las ayudas y no se contaba más ocasión que una transición mal acabada de Raphinha. Hasta que compareció Lamine Yamal. El extremo rescató a su equipo en un momento de máximo apuro con un gol excelente a pesar de que Hütter había dispuesto una marca particular con Vanderson. Lamine controló un pase largo de Pau Cubarsí, superó al central Salisu y prolongó su diagonal hasta encontrar el agujero para chutar con su precisa zurda al palo izquierdo de Köhn. El estreno goleador de Lamine en la Champions fue la única buena noticia para un equipo diseminado y permeable que no paraba de conceder remates al Mónaco: 10 frente a 2.

El encuentro demandaba al descanso la intervención de Flick para intentar compactar a un equipo desorganizado y desbordado por su inferioridad numérica por la tarjeta roja de Eric. El técnico, sin embargo, no tocó nada mientras Hütter no paró de cargar su ofensiva con jugadores como Golovin. Así que el Barça ni presionaba ni tenía el cuero sino que aguardaba en su cancha mientras el Mónaco arriesgaba tanto que dejaba campo para correr a Raphinha y Lamine. No hubo apenas opciones para los barcelonistas frente a un contrario más ambicioso y superior en jugadores y en plantilla, decidido a volver a tumbar a un Barcelona que cuenta cinco victorias en cinco partidos en Liga. Los azulgrana acabaron por ceder por su inferioridad en el campo, por las muchas lesiones y por la parálisis de Flick. No intervino el entrenador hasta que Ilenikhena marcó el 2-1 en una acción directa mal defendida por Cubarsí.

El 3-1 no llegó porque el VAR corrigió al árbitro en un penalti de Íñigo Martínez. La inseguridad de Ter Stegen, que alternó paradas de mérito con acciones de suspense como en la expulsión de Eric, tampoco ayudó a estabilizar a un equipo que recuperó a Ansu Fati, ausente desde el 27 de agosto de 2023, cuando sustituyó a Lamine en Villarreal. No había sitio para héroes en una noche en que el Barça, demasiado contemplativo y falto de recursos, encajó su primera derrota oficial de la temporada, penalizado en la competición que más esquiva le resulta como es la Champions.

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