LA REBELDíA DE LAMINE YAMAL ANTE MICHAEL JORDAN

En los vestuarios modernos, alejados de las viejas jerarquías en las que destacaban los líderes dominantes y en los que los entrenadores procuran cuidar a todos sus futbolistas por igual, se mantienen algunas excepciones. Si no que se lo pregunten a Leo Messi, dueño de algunos privilegios únicos, tanto en sus distintos clubes como en la selección argentina. Por eso, cuando aparece una nueva promesa, rápidamente se comenta: “Hay que tener cuidado”. Así pasó con Lamine Yamal en la última campaña en el Barça. La sorprendente madurez del delantero, sumado a su fuerte personalidad, hizo que uno de los veteranos de la plantilla, molesto con algún desaire, se quejara de la actitud de Yamal: “Que no se convierta en un monstruo”. Ocurre que, hay temperamentos que son difíciles de enjaular. Lo son en las buenas, también en las malas.

Frente al mítico Michael Jordan, macho alfa por excelencia del deporte, presente en el palco de Louis II —tiene casa en el Principado de Mónaco y acostumbra a aprovechar el verano europeo—, Lamine Yamal sacó a relucir su talento, pero sobre todo su personalidad. El delantero se rebeló cuando el Barça se quedó con un jugador menos por la expulsión de Eric García y se convirtió en el segundo goleador más joven de la Liga de Campeones con 17 años y 68 días. El primero también es azulgrana: Ansu Fati (17 y 40). Justamente en Mónaco, Fati estaba de celebración. Volvió a la convocatoria del primer equipo, después de recibir el alta médica, tras superar la lesión en la planta del pie derecho que lo había alejado del inicio del curso del equipo de Hansi Flick.

La temprana expulsión de Eric García —quedó expuesto tras un error de Ter Stegen en la salida— cambió el plan de partido de Flick. “Es el único cambio en el once, ellos son muy fuertes y queremos ir con cuidado también con su delantero”, había explicado el alemán antes del duelo la inclusión del central en el eje del mediocampo. “El partido ha cambiado completamente. Lo hemos intentado en todo momento, hemos defendido con pasión. Hemos cometido algunos errores, pero intentando marcar goles. Tuvimos algunas opciones, pero han merecido ganar”, analizó Flick. Y Pedri sumó: “Con la roja, cambia todo el planteamiento, pero me quedo con el esfuerzo que ha hecho el equipo. Con el 1-1 tuvimos alguna jugada para hacer el segundo, a pesar de estar con uno menos”.

Sin Eric, el Barça perdió el control del partido. Al menos, en el inicio, cuando Akliouche certificó en la red la superioridad del Mónaco. En ese momento, cuando peor lo pasaba el equipo de Flick en el Principado, apareció la rebeldía de Lamine Yamal. El joven delantero se vistió de experimentado para liderar la recuperación azulgrana. “Nos dio mucho aire, era un partido diferente con el 1-1. Un golazo y contento de tenerle”, dijo Pedri.

Sin embargo, se quedaron sin gasolina. Un nuevo error, esta vez de Cubarsí, se tradujo en el 2-1 de Ilenikhena, que dejó en nada el bonito gol de Lamine y la resistencia del Barcelona. Fue entonces, cuando Flick optó por cuidar al delantero. Jordan no pudo verlo ganar. Al menos, lo vio rebelarse ante la adversidad. “Somos suficientemente fuertes para jugar la Champions. Quedan siete partidos y conseguiremos nuestros objetivos”, concluyó Flick.

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