GIMéNEZ SELLA UNA REMONTADA VISCERAL DEL ATLéTICO

Un cabezazo racial de Giménez cuando se cumplía el minuto 90 le dio al Atlético de Madrid una victoria tan necesaria como trabajada. Tuvo que reponerse el equipo de Simeone a un gol tempranero del Leipzig y después levantar el partido desde las entrañas. Sin tregua y subido de revoluciones pudo dar cuenta del atractivo equipo de Marco Rose. Probó pareja de ataque Simeone con Correa y Julián Alvarez, con Griezmann incrustado como tercer volante junto a Koke y De Paul. Tampoco esta vez alineó el Cholo al esperado tridente en el que Sorloth debe ejercer de vértice. La fórmula apuntaba a intentar aprovechar las concesiones del Leipzig en un partido que se presumía visceral en las transiciones. Y así fue de arranque. La pirotecnia la encendió el Leipzig a la mínima que tuvo campo para correr. Montó una contra por el carril del medio como continuación de un ataque bien ligado del Atlético. De Paul falló en el intento de filtrar un último pase en la media luna y desde ahí se lanzó el Leipzig a toda pastilla, con el gigante Sesko exhibiendo zancada a campo abierto por el medio. La vertiginosa contra la quiso cerrar Openda con un potente disparo cruzado que Oblak repelió. El manotazo del esloveno generó una pelota blanda que su compatriota Sesko remachó con la cabeza.

El tanto refrendaba las expectativas que levanta el Leipzig. Un equipo grácil, atrevido y educado en la velocidad para atacar. Un equipo bonito de ver que ofrece a sus rivales rock and roll de área a área. Todo muy intenso. A ese partido tuvo que enfrentarse el Atlético con un madrugador gol en contra. Lo entendieron bien en cuestión de ritmo De Paul, Griezmann y Marcos Llorente, y Giménez como cacique en las anticipaciones. Había que generar un torrente desde las recuperaciones y a ello se pusieron. Con poca pausa, siempre con el intento de verticalizar el juego. Y siempre con la amenaza de que una pérdida podía descubrir un agujero; Sesko parecía que iba a darle la noche a Giménez con su poderío físico y su tranco. El uruguayo terminó por cogerle la medida al tanque esloveno.

A tumba abierta, también en la presión, el Atlético golpeó con una jugada limpia que Riquelme empañó con un pase de más cuando tenía el remate franco. De una mala entrega de Gulacsi también fabricó el Atlético otra ocasión. Y Correa, tras un saque de esquina en corto, cazó un remate que fue de palo a palo antes de caer manso en las manos de Gulacsi. En esa descarga rojiblanca pesó poco Julián Alvarez. No encuentra el sitio el fichaje estelar y tampoco le encuentran. El chico se esfuerza con carreras explosivas en la presión, pero todavía no ha descorchado una jugada en la que pique al espacio y un compañero le meta el balón en condiciones de hacer daño.

Tenía el duelo el riesgo de las pérdidas en el centro del campo. De convertirse en un tiroteo de patio de colegio. Y así llegó el empate del Atlético. De Paul recuperó un balón que antes había perdido y se lanzó a conducir hasta que vio a Correa por delante. Éste abrió a Marcos Llorente y el buen centro del carrilero lo empalmó Griezmann con una volea rabiosa con la derecha que votó delante de Gulacsi para superarle por encima. Siguió el Atlético volcado sobre el campo del Leipzig. No quería guardarse nada, pero ya no cercó tanto al equipo de Marco Rose. Sostenido por Haidara y los centrales Lukeba y Orban, le dio para mantener el empate en el primer acto.

El segundo tramo fue más táctico que visceral en su primer cuarto de hora. Los dos equipos seguían buscando el partido, pero más moderados en el ritmo. A la hora de juego, Simeone decidió que había que recuperar el fuego en las piernas del primer tiempo e hizo un triple cambio. Sentó al gris Julián Alvarez, a De Paul y a Riquelme para dar entrada a Sorloth, Gallagher y Lino. Al poco terminó de moldear su nuevo plan con la entrada de Molina por Correa. Pasó el Atlético a un 4-4-2, con Koke y Gallagher en la sala de máquinas y Llorente y Lino en las alas. El ataque quedó para Sorloth y Griezmann. El noruego fue el que comandó el arreón de media hora con su zancada o con su habilidad para aguantar de espaldas la pelota, girarse o descargar para el compañero de cara.

Sin generar ocasiones claras, el Atlético empotró al Leipzig en su área. Solo un cabezazo de Poulsen pudo inquietar a Oblak. En la banda, Simeone ordenaba cargar el área para aprovechar los centros de Molina y Lino. Sorloth cazó dos que conectó blandos y centrados antes de que Giménez se elevara en el segundo palo para cruzar un frentazo a pase, otra vez con la derecha, de Griezmann.

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