KIM KARDASHIAN, DEMANDADA POR LA FUNDACIóN DE DONALD JUDD POR AFIRMAR QUE TIENE MUEBLES DEL ARTISTA

En agosto de 2022, Kim Kardashian publicó un vídeo en YouTube haciendo un tour por las oficinas de su empresa Skkn by Kim. Un amplísimo espacio de unos 1.200 metros cuadrados en Los Ángeles decorado en tonos beige y marrones y muebles minimalistas, el estilo del que la multimillonaria estrella de la telerrealidad y empresaria hace gala también en su mansión de Calabasas (California). El vídeo tenía unos 3,6 millones de reproducciones, pero el pasado miércoles 27 de marzo fue retirado de la plataforma. ¿El motivo? Una frase: “Estas mesas de Donald Judd son realmente asombrosas, y se funden totalmente con las sillas”, dice Kim Kardashian en referencia a unos muebles y al artista estadounidense asociado al movimiento minimalista y a su destreza con las formas simples. ¿El problema? Esos muebles no son de Donald Judd.

Así lo ha hecho saber ahora la fundación que trabaja por su legado, que ha demandado a la empresaria por realizar acusaciones falsas. A Clements Design, la empresa que fabricó esas sillas y mesas y le ayudó a decorar las oficinas, la acusa de infracción de derechos de autor y de marca registrada.

“Esta es una acción por infracción de marca registrada, infracción de derechos de autor, competencia desleal, publicidad falsa y apoyo falso que surgen de la publicidad y venta de Clements Design de muebles de imitación de Donald Judd y la exhibición y promoción de esos muebles falsos por parte de la famosa Kim Kardashian como si fueran auténticos de Donald Judd incluso cuando ella sabía que no eran auténticos”, se lee en la demanda de la fundación, según recoge el medio especializado en diseño y arquitectura Deezen. “Es probable que los consumidores crean que la Judd Foundation y la marca Donald Judd están conectadas o afiliadas, o patrocinan o respaldan a la Sra. Kardashian”, señala la denuncia a la que ha tenido también acceso The New York Times, y que fue presentada en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Central de California.

La disputa se centra en dos muebles que están en la zona de cocina de las oficinas de Kardashian. La Mansana Table 22 y Chair 84, dos de los diseños más conocidos del escultor. La fundación tiene claro que no son ni piezas originales del artista ni creadas por la marca Donald Judd Furniture. Y que tampoco se los han vendido, pues en los últimos 15 años solo han vendido tres originales de esas mesas (que valen 90.000 dólares) y 350 sillas, todas ellas numeradas y a un precio de 9.000 euros la unidad. Otro añadido por el que se sabe que no son originales: “La Judd Foundation prohíbe categóricamente a los clientes utilizar muebles de Donald Judd con fines promocionales y de marketing”, señala la demanda.

La venta de los muebles de Judd es hoy una de las principales fuentes de ingresos de su fundación. “Los muebles son parte integral de nuestra estabilidad financiera”, ha asegurado a The New York Times Rainer Judd, hija del artista y presidenta de su fundación, quien agregaba que los ingresos por los diseños representan casi la mitad de los ingresos del trabajo de la organización sin ánimo de lucro.

Por el momento, Kim Kardashian se ha negado a hacer ningún comentario al respecto. Sí lo ha hecho Clements Design, que emitió un comunicado diciendo que había “diferencias clave obvias” entre los muebles y que la compañía se sintió “sorprendida” por la demanda, ya que se habían “hecho esfuerzos para resolver este problema de manera amistosa”. Según revelan varios medios estadounidenses, la fundación se puso en contacto con Kim Kardashian a los tres días de publicarse el vídeo, y la primera respuesta de un portavoz fue que iba a añadir una corrección al vídeo. Pero la Judd Foundation quería que se eliminara el vídeo por completo, que los muebles fueran destruidos y que Kardashian emitiera una declaración pública —estas dos últimas partes es lo que ahora persigue con la demanda—. Ante sus pretensiones, recibieron una contraoferta: Kim Kardashian haría una publicación en sus redes sociales en la que apoyara a la fundación, según esta misma recoge en documentos judiciales presentados esta semana. Y a pesar de que Kardashian tiene 364 millones de seguidores en su Instagram —una golosina para cualquier marca que ella publicite—, lo rechazaron. Con las negociaciones rotas, ahora han llevado el caso a la justicia.

“Simplemente, no es cierto que Clements Design haya encargado mesas de imitación de Donald Judd”, escribió el abogado John Ulin a la fundación, añadiendo que el tipo de madera y las proporciones generales eran diferentes. “Son mesas diferentes con diseños diferentes”. Pero en la demanda, la fundación señala un mensaje de la empresa cuando hablaba de su proyecto para las oficinas en la que describía los muebles como “al estilo de Donald Judd” e incluía una imagen propiedad de la Fundación Judd del auténtico juego de comedor. “Es de menor calidad que los muebles de Donald Judd”, ha asegurado por su parte Megan Bannigan, abogada que representa a la fundación. “Las acciones de Clements Design y la señora Kardashian dañan la reputación de la Fundación Judd al socavar su capacidad para controlar la calidad de las piezas vendidas bajo sus marcas, así como su capacidad para controlar el nombre y la identidad del señor Judd”, añade la demanda.

“No queremos que nos relacionen con Kim Kardashian. Respetamos lo que ella hace, pero no queremos involucrarnos en esto”. Según las palabras de la hija del artista, la cuestión no tiene tanto que ver con las mesas en sí, sino con hacer su trabajo, que es proteger el legado y la propiedad intelectual de Donald Judd, fallecido en 1994 y figura clave del minimalismo.

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