LA POESíA EXPANDIDA DE CHUS PATO GANA EL PREMIO NACIONAL DE POESíA 2024

La poeta Chus Pato (Ourense, 69 años) ha sido galardonada este jueves con el Premio Nacional de Poesía 2024 por su obra Sonora (Xerais), un texto del que el jurado ha destacado su carácter experimental y su diálogo con la muerte, concretamente con la orfandad por la madre perdida. “Auténtico fulcro de la poesía gallega, Chus Pato explora nuevas formas de deconstruir y reconstruir los marcos del pensamiento poético tradicional”, dice el texto del jurado. El premio, que concede el Ministerio de Cultura, está dotado con 30.000 euros.

Pato, miembro de la Real Academia Galega, ha cogido el teléfono en su casa mientras preparaba la comida, porque los poetas también cocinan. “Me parece un milagro”, dice. Ella no creía que su libro ni su persona fueran candidatas posibles de este galardón. “Sobre todo porque tiene poemas que están bastante fuera de lo que se entiende generalmente por poesía”, añade.

Es lo que ella llama “poesía expandida”, y la practica al menos desde su poemario m-Talá (Xerais, 2000). “Parto de la base de que la poesía es asignificante, que puede rozar con cualquier género literario o artístico, o con cualquier cosa de la vida”. En su obra poética pueden aparecer diálogos, partes dramatúrgicas o ensayísticas, sin ser por ello obras teatrales o ensayos, pueden aparecer cuestiones de geografía o historia (Pato fue profesora de estas materias), o un pequeño texto sobre un cuadro de Murillo, siendo aún poesía, pero poesía que va más allá de los límites más encorsetados de lo poético.

Esa expansividad también ha sido valorada por el jurado, que escribe: “Chus Pato crea espacios textuales repletos de fugas: retóricas, semánticas, capaces de hibridar distintos códigos en los que se despliega toda su inextinguible potencia sonora. En Sonora, memoria personal, social y política susurran las múltiples voces de una de las más audaces poetas contemporáneas”.

Una cadena genética de mujeres

La orfandad de la madre (que ocurrió en 2018) es el tema central del poemario. “Me resultaba ridículo pensar en ser huérfana cuando ya tenía una edad, pero lo cierto es que la orfandad se produce: el cuerpo de mi madre me protegía de un tú a tú con la muerte”, explica. Se sentía, de pronto, el “rompiente” de su estirpe, una estirpe no aristocrática: una estirpe de campesinas y pastoras gallegas. “Hablo del cuerpo porque yo lo que concibo es una cadena genética de mujeres, que en el Neolítico hay una persona que se parece a mí. El cuerpo materno es también la cultura, la técnica, lo invisible, el espíritu”, añade la poeta, feminista convencida, que ganó en 2018 el Premio Clara Campoamor, que en Ourense celebra la igualdad.

Escribir en gallego y estar en una posición de geografía periférica no le ha resultado una interferencia grave. “Que poca gente lea en gallego no quiere decir que la literatura gallega sea pequeña”, subraya, “y he viajado por festivales internacionales de poesía por todo el mundo… ¡hasta en la India! Mi posición no ha sido nada marginal”. Sí que ha echado de menos el interés por traducir su obra al castellano, que fue antes traducida generosamente al inglés y publicada en siete libros en países de habla inglesa.

En castellano, aunque ha tenido traducciones previas en editoriales como La Palma o Amargord, la obra de referencia es su Poesía Reunida en varios volúmenes, de la mano del sello Ultramarinos, con traducción de Gonzalo Hermo. Curiosamente, la premiada el año pasado también fue gallega, Yolanda Castaño. Ambas se unen a una lista formada por nombres como Aurora Luque, Miren Agur Meabe, Olga Novo o Pilar Pallarés, entre otras.

“Estoy muy agradecida por el premio”, concluye. Ahora ya puede almorzar. Tiene pescadillas fritas, patata cocida y salsa de tomate. Que aproveche.

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