El café capuchino es antiquísimo. ¡La primera receta registrada es del año 1790! Allí se explica que el kapuzinerkaffe era café, con azúcar, crema y especias, que luego se complementaba con huevo. Así se tomaba en Viena. Pero con el tiempo, simplemente era café con leche.
Pero en el siglo XX, con las máquinas de café italianas de espresso que producen vapor, se convirtió en espresso con leche con espuma, que es como se bebe en la actualidad.
Se diferencia del latte (o café au lait, café con leche) porque es un poco más oscuro y se sirve en una taza más pequeña (aunque más grande que la de un espresso), más o menos de 150 ml a 180 ml. En Estados Unidos, el capuchino se ofrece con crema batida, pero la regla no escrita de los baristas dice que no lo lleva.
¿Por qué se llama capuchino? Aquí el mito es real: viene del hábito de los monjes capuchinos, que eran muy “célebres” en Viena para la época porque uno de ellos era confidente del emperador Leopoldo I, por allá por el siglo XVII, que fue cuando empezó a hacerse popular el kapuzinerkaffe.
Aunque en ambos se usa espresso como base y la leche y su espuma, el mocachino lleva chocolate, bien sea en jarabe o chocolate con leche en polvo mezclado con el espresso o la leche. Como contiene chocolate, en los últimos años se le toma como una especie de postre al que se le agrega crema batida encima.
El mocachino se sirve en las tazas grandes de café, tal como si fuera un café con leche, pero ya se ha hecho costumbre que lo sirvan en vasos transparentes para ver el degradé de leche y café. Existen hoy tantas versiones: algunos le ponen malvaviscos en vez de crema, y la crema se complementa con lluvia o ralladura de chocolate, canela en polvo o nuez moscada.
¿Por qué se le llama mocachino o moka? La palabra proviene de Moka, ciudad en Yemen, conocida por su producción de café. Lo que no está claro es dónde o cuándo se originó la bebida. En los archivos del Diccionario Oxford, se señala que podría haber sido un helado lo que antecedió a la bebida caliente, ya que existen registros de la reseña, en un periódico de 1971, de una heladería neoyorquina que ofrecía un innovador sabor de café y chocolate llamado mocachino.
¿Cuál debes tomar? Ambos. Reserva el capuchino para un desayuno o brunch. Y deléitate con un mocachino en la merienda o como sustituto del postre, luego de una copiosa comida.
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